La historia:
Te vas a la cama como de costumbre; pones tu cabeza en la almohada, cierras tus ojos y por unos minutos no pasa nada; inspiras y exhalas sigues con los ojos cerrados y por otro tiempo más, y sigue sin pasar nada; das vueltas en tu cama y dándote perfecta cuenta del tiempo transcurrido, ya ha pasado una hora y definitivamente no pasa nada, prendes la luz de tu lámpara, tomas un libro (no queriendo leer a esa hora), en un intento por llamar al sueño y éste esquivo no llega; reflexionas que tener la luz encendida no sirve de mucho, así que cierras el libro, apagas la luz y esperas de nuevo con tus ojos cerrados.