La historia:
Te vas a la cama como de costumbre; pones tu cabeza en la almohada, cierras tus ojos y por unos minutos no pasa nada; inspiras y exhalas sigues con los ojos cerrados y por otro tiempo más, y sigue sin pasar nada; das vueltas en tu cama y dándote perfecta cuenta del tiempo transcurrido, ya ha pasado una hora y definitivamente no pasa nada, prendes la luz de tu lámpara, tomas un libro (no queriendo leer a esa hora), en un intento por llamar al sueño y éste esquivo no llega; reflexionas que tener la luz encendida no sirve de mucho, así que cierras el libro, apagas la luz y esperas de nuevo con tus ojos cerrados.
Luego de luchar con las cobijas por varios cuartos de hora, logras dormir (atención: dije dormir, no descansar) y de repente te despiertas con el corazón agitado como si salieras de una pesadilla de la que no recuerdas nada, tus ojos completamente abiertos buscan en la oscuridad ver la hora en tu reloj; enciendes la luz y te sientas en tu cama sin abandonar el calor de tus cobijas (fuera, hace mucho frío); tu pecho está agitado y detallando mejor tu reloj, observas que apenas han transcurrido menos de dos horas desde la última vez que lo revisaste.
Te sientes sensiblemente agotada, pero tu corazón no cesa de palpitar a toda prisa, es entonces que tu cerebro va llevándote por un círculo de miedo extremo, tu respiración se acelera también y sin entender nada, te estás enfrentando a un ataque de pánico. No hay razón visible o aparente para sentirte así, pero tu cerebro parece no importarle, es más, baja la temperatura de tu cuerpo y tiemblas, como si estuvieras aterrada, de hecho te sientes así.
Oras, oras mucho, sientes ganas de llorar y pides a Dios que pronto amanezca.
Luego de unas cuantas horas de lucha interna contigo y tus pensamientos, logras dormir, escasamente y con suerte 1hora, justo antes de tener que levantarte para iniciar tu jornada, cuando la marejada de emociones parece haberse apaciguado y ya tu temperatura corporal se ha normalizado. Solo que no has tenido un verdadero descanso y estás «fundida» antes de comenzar tu día.
Estás fuera de balance; no percibes las cosas igual, no estás alerta, no aprendes nada porque nada se te queda; sientes el deseo de descansar pero no puedes, y esperas que la próxima noche no te toque volver a repetir esa vívida pesadilla llamada Insomnio.
¿El fin?
Bueno, lo que aquí he narrado fue, mi primera y la más difícil crisis de insomnio que viví ya hace 4 años, en Octubre de 2010; la recuerdo, porque en esa época y ya pasados varios días sin dormir, me decidí a llevar un diario, con el registro de mis noches insomnes, detallando horas y pensamientos. ¿Cuánto tiempo estuve así?, según las fechas que escribí en mi diario, fue alrededor de un mes, al cabo del cual mi sueño lentamente se fue restableciendo, no sin antes haber probado tratamiento tras tratamiento para inducir el sueño.
Probé de casi todo; visité a mi médico general, también logré una cita con mi reumatólogo y asistí a mi médico bioenergético; probé con los remedios caseros, los recetados por mis médicos y hasta los prohibidos; nada parecía surtir efecto y si había algo que lo hiciera, como efecto secundario me dejaba completamente lela durante todo el día.
El no dormir, el no descansar me llevó a la desesperación, en el espejo mi rostro se veía envejecido por unas prominentes ojeras y mi expresión cambió, como si me hubieran vaciado y por dentro no quedara nada. Pensé en morir, porque me sentía sobrepasada por un enemigo invisible pero contundente, que me quitaba las ganas de seguir adelante y que vivía, además, en mi. Soy honesta al declarar que nunca pensé en la forma de morir, es decir, no pensé en el suicidio, no, más bien mis pensamientos fueron en imaginar que la muerte viniera por mi e ir con ella al descanso final.
Mi reumatólogo me dijo, que esos espisodios de insonmio podrían volver a repetirse con menor o mayor intensidad; y sí queridas damas y caballeros, el insomnio y los ataques de pánico, también son otros de los síntomas que puede presentar la fibromialgia. 😦
Mi resolución:
Como soldado advertido no muere en la guerra; dispuse mis energías a primero a informarme bien sobre el insomnio y el cómo combatirlo, encontré algo relacionado con la higiene del sueño (que les compartiré en un nuevo post este ya se extendió mucho) y comencé a practicarlo, así mismo, temporalmente, cambié mi rutina de yoga matutino por practicarlo en la noche antes de dormir, especialmente ejercicios de relajación; mi médico bioenergético me recetó unas pastillas llamadas «melatonina» y con la preparación de agua de manzana verde, que me preparaba todas las noches mi mamá (y fiel escudera); considero que todo ello, me ayudó mucho a normalizar mi ciclo de sueño.
He experimentado dos crisis de isomnio en los años siguientes, las dos muy controladas y muchísimo menos intensas que la primera, este año 2014, no he presentado hasta hoy, muestras o atisbos de insomnio y estoy feliz por eso :).
Mi deseo:
Espero no volver a pasar por algo así, pero más espero que ninguno de ustedes pasen por algo así; si ya lo has experimentado, te recomiendo un arte ya olvidado pero que todavía funciona, «la paciencia», tu crisis solo empeora si no te preparas para ella, si no respiras, respira lentamente para ayudar a tu organismo a apaciguar tu corazón, si tu cuerpo baja de temperatura, ten listo una bolsa de agua caliente (método tradicional) para antes de irte a dormir, y colócala en tus pies y altérnala con las rodillas, verás que tu cuerpo responde mejor, a cerca de tu cerebro y sus pensamientos alrededor del miedo hasta llevarte al pánico, deberás como lo intento yo, tratar de controlarlo y la mejor manera es a través de la meditación, (este tema pronto lo verás en este mismo blog tratado más ampliamente).
Agradezco que me hayas leído hasta llegar aquí, si de todo lo que dije algo puede ayudarte, entonces me alegro por haberte haberte sido útil. Si quieres comentar o tienes algo qué contar, ponte en contacto conmigo a lalocafibromialgica@gmail.com.
Un abrazo suave!
Moni
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Fuente: http://www.nlm.nih.gov
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